Así como el proceso perceptivo puede sufrir anomalías como las ilusiones y la memoria amnesia, la atención también puede verse afectada en algunas personas de tal manera que se vuelve un problema en su vida cotidiana. Dentro de los desordenes más conocidos de la atención, nos encontramos con el famoso TRASTORNO DE DEFICIT DE ATENCION (TDA), que básicamente consiste en la dificultad para focalizarse en alguna actividad de manera constante, pareciendo distraído, desorganizado e incluso “tonto” . Suelen pensarse que estas personas son de un nivel intelectual más bajo que el promedio, ya que debido su inatención no calzan en los sistemas tradicionales de enseñanza, por lo cual fallan académicamente.
A lo mencionado podemos sumarle otro ingrediente que convierte a estos niño en casos más sabrosos aún, la nunca bien ponderada por profesores y padres “Hiperactividad”. Ahí se nos viene a la mente ese primito, que cuando te visita, sabes de antemano que la paz de tu hogar se suspendió por unas cuantas horas. Rey de las pataletas, experto en interrumpir, hablador empedernido, aquel que solo sucumbe ante el metilfenidato o Ritalin... El típico ¡NIÑO NO! - el que No se calla nunca, No obedece, No se sienta quieto, no no no…
En general, se tiende pensar que el TDAH es un trastorno sólo limitado a la infancia, sin embargo este síndrome no “se pasa” por el contrario el 60% de los niños permanece con dificultades hasta la adultez.
No recordar lo que se acaba de leer, el amigo “pajaron”. Sensación de inquietud interior más que actividad motora excesiva. Tendencia a ser trabajólicos, pero con menor productividad que la esperable por el esfuerzo, prefieren ocupaciones activas, baja tolerancia a la frustración, lo que puede expresarse en conductas hostiles hacia los demás o síntomas depresivos.
Conducta temeraria (ej. en deportes o al conducir). Irritabilidad explosiva. Frecuentes cambios de amistades y trabajo. Problemas en el manejo del tiempo. Siempre apurados, con frecuencia atrasados. La realización de una tarea contra el tiempo les complica excesivamente. Dificultad para completar tareas. Disfunción ejecutiva, esto es, dificultad para llevar a cabo tareas que requieran una secuencia planificada de actos.
Problemas al aumentar responsabilidades laborales o familiares. Testarudez.
Conflictos crónicos con la autoridad. Dificultad en relación con pareja y pares.
En fin ¿Eres tú un NiñO No?
No olviden asistir a todas las clases. Pregunten mucho… y ¡¡Buena semana Mexona!!
Cariños :**
Pía Barahona
Coordinadora Procesos Cognitivos I
0 comentarios: on "¡¡NIÑOS NO!!"
Publicar un comentario